"Si aquel
que corta árboles y mata ganado, o hace fango sangriento en la batalla, y por
todo eso alcanza el cielo, entonces déjenme preguntar, ¿quién va al
infierno?". Pancatantra.
Mandamiento
N* 5 : No Mataras
En
el Génesis 9:4,5 se prohibe directamente comer carne: "Pero carne con su
vida, que es su sangre, no comeréis." "Porque ciertamente demandaré
la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré; y de mano del
hombre; de mano del varón su hermano, demandaré la vida del hombre."
En
el Levitico (Cap. 3, Ver. 17) se dice: "Este es un decreto perpetuo de
generación en generación, donde quiera que vivan. Los Israelitas no comerán ni
grasa ni sangre".
El
7:23 se dice: "No comerán sebo de buey, ni de cordero, ni de cabra".
En
el mismo capítulo se dice: "Porque todo aquél que come grasa de algún
animal que suele ofrecerse en sacrificio al Señor, no será considerado por más
tiempo hijo de Dios. No importa dónde vivan los Israelitas, nunca deben
utilizar la sangre de pájaros o animales para la comida (Levitico, 7:25,26).
Isaias
(1:11,12,15 y 16) afirma: "¿ Para qué me sirve?", dice Jehová,
"la multitud de vuestros sacrificios ?. Hastiado estoy de holocaustos de
carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de
ovejas, ni de machos cabrios." ?..." Cuando extendáis vuestras manos,
Yo esconderé de vosotros Mis ojos; asi mismo cuando multipliquéis la oración,
Yo no os oiré; llenas están de sangre vuestras manos". "Lavaos y
limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de Mis ojos; dejad
de hacer lo malo".
Isaias,
(66.3) la matanza de las vacas es particularmente aberrante: " El que mata
un buey peca como el que matase a un hombre...".
También
encontramos en la Biblia la historia de Daniel, quien mientras estuvo en
prisión en Babilonia se negó a recibir la carne que le ofrecian sus carceleros,
prefiriendo comer sencillamente comida vegetariana.
Si
me ofrecen sacrificios, es sólo por el interés de comerse la carne. Pero Yahvé
no los acepta y, en adelante, va a tener presente su falta, va a castigar sus
pecados y los va mandar nuevamente a Egipto. (Oseas 8, 13)
En las cartas
Pseudoclementinas se citan enseñanzas atribuidas al apóstol Pedro. Pedro dice
claramente en el Sermón XII: “La alimentación artificial basada en la carne es
tan venenosa como el culto pagano de los demonios, con sus sacrificios y sus
fiestas impuras. Mediante la participación en estas, el hombre se convierte en
compañero de mesa de los demonios. En relación a sus propios alimentos Pedro
describe: ” Yo vivo del pan y las aceitunas, y rara vez agrego algún vegetal.
Santiago
(nombrado también en la Biblia como Jacobo) fue el líder de la primera
comunidad cristiana de Jerusalén. Es considerado como el hermano de Jesús según
la doctrina evangélica y según la doctrina católica como primo de Jesús.
Incluso Pablo, quien en la Biblia dió a las personas libertad de elegir su
comida, está siendo citado en el Toledoth Yeshu que es una colección de
antiguas fuentes judías acerca de la vida de Jesús: “Jesús me ordenó que no
coma carne y no beba vino, si no que me alimente sólo de pan, agua y frutas,
para que cuando el desee hablar conmigo yo me encuentre puro”
EN EL NUEVO TESTAMENTO
Pasando al nuevo testamento, Jesús instituye el bautismo como una nueva
forma de purificación de los pecados, pues hasta ese entonces la única
redención de ellos era el sacrificio de animales en los templos, era el método
conocido hasta la aparición de Juan el Bautista.
En los templos
constaba de animales que se vendían para los sacrificios que los mismos
sacerdotes llevaban a cabo allí, es por esto que más de un pasaje de la
historia de Jesús lo muestra intentando destruirlos en Mateo 12, 6-7: Y,
además, se lo digo, aquí está uno que es más grande que el Templo. Y si ustedes
entendieran claramente lo que significa: Yo no les pido ofrendas, sino que
tengan compasión, no habrían condenado a estos inocentes.
Las clásicas justificaciones del consumo de carne hacen alusión a la
multiplicación de pan y pescado, sin embargo en Mateo 16, 9-10; Marcos 8, 19-20
y Juan 6, 26 es posible ver que sólo se hace referencia al pan, lo del pescado
fue incluido posteriormente con el fin de dar sentido a Ictus, palabra griega
que traducida significa pez y es la sigla de Isous Christos Theou Uious Soter
(Jesucristo, Hijo de Dios y Salvador) motivo de la identificación de los
cristianos con el pez durante siglos, pues la multiplicación se asocia como una
profecía de la iglesia naciente de Cristo.
DE LA MAL TRADUCCION DE LA BIBLIA
En
Mateo 3.4. Se describe cómo Juan el bautista comía langostas en el desierto.
Esta afirmación podría tener dos interpretaciones: por una parte podríamos
hablar de un pan llamado enkris (en griego) o de akris que se traduce como
saltamontes. Por otro lado, las hojas de la acacia, son para las langostas una
golosina, así que a esta hoja se le dio el nombre de locusta en latín que se
traduce al español como langosta migratoria. El pan del algarrobo producido a
partir de la harina de la planta sirvió a Juan como alimento. Y, por esto, se
dio al pan el nombre de: pan de san Juan. El algarrobo y el pan de san Juan son
ahora ampliamente conocidos en todo el mundo, pero el error humano en la
redacción y la interpretación del texto bíblico no han sido corregidos.
EL EVANGELIO DE LOS ESCENIOS (ESTRACTO)
Jesús respondió: "Así sea según vuestra fe", y se sentó entre ellos diciendo:
Fue dicho a aquellos de los antiguos tiempos: "Honra a tu Padre Celestial y a tu Madre Terrenal y cumple sus mandamientos, para que tus días sean cuantiosos sobre la tierra". Y luego se les dio el siguiente mandamiento: "No matarás", pues Dios da a todos la vida, y lo que Dios ha dado no debe el hombre arrebatarlo. Pues en verdad os digo que de una misma Madre procede cuanto vive sobre la tierra. Por tanto quien mata, mata a su hermano. Y de él se alejará la Madre Terrenal y le retirará sus pechos vivificadores. Y se apartarán de él sus ángeles y Satán tendrá su morada en su cuerpo. Y la carne de los animales muertos en su cuerpo se convertirá en su propia tumba. Pues en verdad os digo que quien mata se mata a sí mismo, y quien come la carne de animales muertos come del cuerpo de la muerte. Pues cada gota de su sangre se mezcla con la suya y la envenena; su respiración es un hedor; su carne se llena de forúnculos; sus huesos se convierten en yeso; sus intestinos se llenan de descomposición; sus ojos se llenan de costras; y sus oídos de ceras. Y su muerte será la suya propia. Pues solamente en el servicio de vuestro Padre Celestial son vuestras deudas de siete años perdonadas en siete días. Mientras que Satán no os perdona nada y debéis pagarle todo. Ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, vida por vida, muerte por muerte. Pues el coste del pecado es la muerte. No matéis, ni comáis la carne de vuestra inocente presa, no sea que os convirtáis en esclavos de Satán. Pues ése es el camino de los sufrimientos y conduce a la muerte. Sino haced la voluntad de Dios, de modo que sus ángeles os sirvan en el camino de la vida. Obedeced, por tanto, las palabras de Dios: "Mirad, os he dado toda hierba que lleva semilla sobre la faz de toda la tierra, y todo árbol, en el que se halla el fruto de una semilla que dará el árbol. Este será vuestro alimento. Y a todo animal de la tierra, y a toda ave del cielo, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, donde se halle el aliento de la vida, doy toda hierba verde como alimento. También la leche de todo lo que se mueve y que vive sobre la tierra será vuestro alimento. Al igual que a ellos les he dado toda hierba verde, así os doy a vosotros su leche. Pero no comeréis la carne, ni la sangre que la aviva. Y en verdad demandaré vuestra sangre que brota con fuerza, y vuestra sangre en la que se halla vuestra alma. Demandaré todos los animales asesinados y las almas de todos los hombres asesinados. Pues yo el Señor tu Dios soy un Dios fuerte y celoso, castigando la iniquidad de los padres sobre sus hijos hasta la tercera y cuarta generación de aquellos quienes me odian, y mostrando misericordia hacia los millares de aquellos que me aman y cumplen mis mandamientos. Ama al Señor tu Dios con todo corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas; éste es el primer y más grande mandamiento. Y el segundo es según éste: "Ama a tu prójimo como a ti mismo". No hay mandamiento más grande que éstos".
Fue dicho a aquellos de los antiguos tiempos: "Honra a tu Padre Celestial y a tu Madre Terrenal y cumple sus mandamientos, para que tus días sean cuantiosos sobre la tierra". Y luego se les dio el siguiente mandamiento: "No matarás", pues Dios da a todos la vida, y lo que Dios ha dado no debe el hombre arrebatarlo. Pues en verdad os digo que de una misma Madre procede cuanto vive sobre la tierra. Por tanto quien mata, mata a su hermano. Y de él se alejará la Madre Terrenal y le retirará sus pechos vivificadores. Y se apartarán de él sus ángeles y Satán tendrá su morada en su cuerpo. Y la carne de los animales muertos en su cuerpo se convertirá en su propia tumba. Pues en verdad os digo que quien mata se mata a sí mismo, y quien come la carne de animales muertos come del cuerpo de la muerte. Pues cada gota de su sangre se mezcla con la suya y la envenena; su respiración es un hedor; su carne se llena de forúnculos; sus huesos se convierten en yeso; sus intestinos se llenan de descomposición; sus ojos se llenan de costras; y sus oídos de ceras. Y su muerte será la suya propia. Pues solamente en el servicio de vuestro Padre Celestial son vuestras deudas de siete años perdonadas en siete días. Mientras que Satán no os perdona nada y debéis pagarle todo. Ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, vida por vida, muerte por muerte. Pues el coste del pecado es la muerte. No matéis, ni comáis la carne de vuestra inocente presa, no sea que os convirtáis en esclavos de Satán. Pues ése es el camino de los sufrimientos y conduce a la muerte. Sino haced la voluntad de Dios, de modo que sus ángeles os sirvan en el camino de la vida. Obedeced, por tanto, las palabras de Dios: "Mirad, os he dado toda hierba que lleva semilla sobre la faz de toda la tierra, y todo árbol, en el que se halla el fruto de una semilla que dará el árbol. Este será vuestro alimento. Y a todo animal de la tierra, y a toda ave del cielo, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, donde se halle el aliento de la vida, doy toda hierba verde como alimento. También la leche de todo lo que se mueve y que vive sobre la tierra será vuestro alimento. Al igual que a ellos les he dado toda hierba verde, así os doy a vosotros su leche. Pero no comeréis la carne, ni la sangre que la aviva. Y en verdad demandaré vuestra sangre que brota con fuerza, y vuestra sangre en la que se halla vuestra alma. Demandaré todos los animales asesinados y las almas de todos los hombres asesinados. Pues yo el Señor tu Dios soy un Dios fuerte y celoso, castigando la iniquidad de los padres sobre sus hijos hasta la tercera y cuarta generación de aquellos quienes me odian, y mostrando misericordia hacia los millares de aquellos que me aman y cumplen mis mandamientos. Ama al Señor tu Dios con todo corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas; éste es el primer y más grande mandamiento. Y el segundo es según éste: "Ama a tu prójimo como a ti mismo". No hay mandamiento más grande que éstos".
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