lunes, 13 de enero de 2014

La Reencarnación

La Ciencia de la Reencarnación
“Primeramente uno debe entender el principio básico del conocimiento:
Yo no soy este cuerpo. Cuando este principio básico ha sido comprendido,
se puede avanzar a un conocimiento más profundo”

                                                                               Srila PrabhupadaPara comprender la ciencia de la reencarnación, es necesario aceptar el concepto fundamental de que la conciencia es una energía diferente y superior al cuerpo físico material. El Yo consciente es independiente del cuerpo físico. Los científicos han sido incapaces de explicar, por medio de leyes físicas, el misterio de la conciencia y su destino después de la destrucción del cuerpo material. Para comprender algo que sobrepasa el alcance de los sentidos materiales, de los instrumentos de medición, y de las especulaciones mentales, no hay otra posibilidad que la de recurrir a una fuente de conocimiento superior.  Mucha gente en occidente, para comprender más profundamente la reencarnación, está buscando en fuentes antiguas el conocimiento sobre las vidas pasadas y futuras. La información más completa, fundamental y lógica acerca de la reencarnación la encontramos en El Bhagavad Gita tal como es, que es la esencia de toda la Sabiduría Védica.

EL BHAGAVAD GITA (2.20)

“El alma no nace ni Muere. Siempre existió, existe y existirá.
No nace, es eterna, siempre existente y primordial.
No muere cuando se mata al cuerpo”

EL BHAGAVAD GITA 2.22

“Así como una persona se pone ropa nueva y desecha la vieja, así mismo
el alma acepta nuevos cuerpos materiales, desechando los viejos e inservibles”

Todo este gran complejo sistema que gobierna la ley de la trasmigración de los seres vivos y la ley del karma, constituye la Ciencia de la Reencarnación, y el desarrollo de la conciencia constituye la verdadera evolución del Ser. Todos los seres vivos se someten a este proceso de reencarnación, vida tras vida. Los Vedas explican que el alma puede habitar cualquiera de las 8’400,000 especies que existen de cuerpos materiales. Las formas físicas de una compleja variedad comienzan con microbios y amebas, continúan a través de las especies acuáticas, plantas, insectos, reptiles, aves y especies de animales superiores, culminando en los seres humanos y los semidioses. Como consecuencia de sus propios deseos de disfrutar la materia, el alma continuamente viaja a través de diversos cuerpos o “carruajes” que le ofrece la energía material, dentro de una interminable cadena de nacimien-tos y muertes.

El alma que se encuentra situada en una forma de vida inferior a la humana, automáticamente evoluciona aespecies superiores de vida arribando por último a la forma humana. Pero debido a que el ser humano posee la libertad de escoger entre la materia y el espíritu, existe la posibilidad de que el alma descienda de nuevo especies inferiores. La ley del karma se encuentra dispuesta y ordenada de tal forma que, si un ser humano vive y muere con la mentalidad de un animal; de un perro por ejemplo, entonces en su próxima vida él será capaz de satisfacer esos deseos perrunos a través de los sentidos y órganos de un perro. Este es un incidente muy desafortunado; más, tal destino le espera a una persona que se encuentra inmersa en la modalidad de la ignorancia. Tal como el Gita declara: “Cuando alguien muere en la modalidad de la ignorancia, nace en el reino animal.”   Así, puede que el alma que se encuentra en el cuerpo de un animal haya habitado un cuerpo humano y viceversa.

No obstante, aunque el alma pueda ocupar sucesivamente cuerpos de planta, animal y hombre, su naturaleza intrínseca permanece siendo la misma. Debido a que el alma es energía espiritual pura, no puede ser alterada de ninguna forma por la materia. El Bhagavad Gita explica que el alma eterna es inalterable e inmutable; y que es únicamente la cobertura con su combinación particular de mente, sentidos, inteligencia y ego falso, la que temporalmente restringe o libera la energía consciente del alma. De modo que es la acción de la mente la fuerza primordial que compele a la entidad viviente a transmigrar de un cuerpo a otro. La mente constantemente está recordando nuestros pensamientos y deseos, y todas esas impresiones fluyen por nuestra conciencia sobre todo en los últimos momentos de nuestra vida; de manera que, es la naturaleza de esos pensamientos en esos críticos instantes la que nos impulsa hacia el próximo cuerpo físico adecuado. “Cualquier estado de existencia que uno recuerde cuando abandone el cuerpo, ese estado alcanzará sin falta.”  



                                   

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